Para comprender la personalidad de las tipografías, te presentamos algunas que comparten características morfológicas similares y su aporte psicológico al diseño de un proyecto, es decir, como son percibidas por el público, lo cual te ayudará a aprovecharlas al máximo.
A pesar de que las interpretaciones psicológicas son verídicas y estudiadas, su aplicación efectiva dependerá del diseñador.
Cuando mezcles las fuentes deberás decidir si te interesa que luzcan visualmente atractivas o que reflejen una época determinada.
«De los 50 mil tipos que aproximadamente se han diseñado a lo largo de la historia de la tipografía, únicamente un cinco por ciento pueden aspirar a ser potenciales obras de arte.Los demás son masa, formas de rello aptas para la reproducción mecánica, el consumo a ultranza o fugaces productos de fantansía para atender modas pasajeras» (1)
También conocidas como Block, Old English, Black y Broken. Se basan en el estilo de escritura que predominaba en la Edad Media. Las utilizaban para que todo la información entrara en las páginas estrechas.
Este tipo de letras dan una impresión de antigüedad y rigidez.
Fuentes: Old English Text, Old London, Bertholdr Mainzer y Bertholdr Mainzer, entre otras.
Surgen entre 1460 y 1470. Son los primeros tipos romanos que se derivan de los manuscritos humanistas del Siglo XV. Trataban de imitar la escritura a mano, por eso la diferencia entre sus grosores es mínima.
Ideales para agiliza la lectura del texto, otorgar antigüedad, notoriedad y seriedad.
Fuentes: Arno Pro, Centaur, Venetian 301 y Charpentier, entre otras.
Aparecieron en el Siglo XVI y poseen modificaciones de los primero tipos italianos. Eran utilizadas en textos que requerían de mayor cantidad de caracteres por página.
Dan una sensación de ser conservadoras pero a la vez informativas y han de evitarse si la información se transmitirá requiere de imaginación.
Fuentes: Galliard, Garamond, Granjon y Janson, entre otras.
Nacen en Francia en 1694. Poseen características del estilo antiguo y moderno. Se separan de la letra a mano al contrario de sus predecesores, que aún mantenían interés en imitar la escritura manual.
Mantienen su recato y remiten a lo antiguo, sin embargo, no aportan mucho a la fluidez de la lectura, por ende, no deben utilizarse en cuerpos de texto extensos.
Fuentes: Cambria, Georgia, Times New Roman y ITC Slimbach, entre otras.
Aparecieron a mediados del siglo XVIII. Fueron creadas por Didot y perfeccionadas por Bodoni.
Dan un aspecto de rigidez, elegancia, estilo y dinamismo, además tienen esa sensación de calma y control.
Fuentes: Americana, Didot, ITC Zapf Book y Bodoni, entre otros.
También conocidas como Slab Serif, aparecieron durante la revolución Industrial como tipos de rotulación, especialmente pensados para trabajos de publicidad.
Reflejan rigidez, tienen una apariencia actual, pero al mismo tiempo anticuada. Su lectura es rápida y fácil, por ende, se pueden utilizar en grandes bloques de texto.
Fuentes: Courier, Memphis, Rockwell y ITC Officina Serif, entre otras.
Creadas para trabajos de rotulación y publicidad. Marcan el comienzo de la tipografía moderna.
Se caracterizan por su sencillez y legibilidad. Brindan un aspecto minimalista, contemporáneo y ordenado, además de proporcionarle actualidad y limpieza al trabajo.
Fuentes: Helvetica, Arial, Impact y Akzidenz Grotesk, entre otras.
Bauhaus Media Production, líderes en producción audiovisual en Cancún.