En el diseño gráfico existen varias percepciones sobre lo que se considera un “buen diseño” esto puede depender del estilo de cada diseñador gráfico y del tema que vayan a tratar. Pero un buen diseño siempre debe ir más allá de las habilidades y estilos de los diseñadores.
Como regla general, un buen diseño debe ser estético y debe cumplir con su propósito, que suele ser comunicar a un grupo específico de personas cierta información de interés; además, se intenta que cada diseño pueda ser innovador.
Para evaluar un diseño como bueno o malo primero se debe analizar, tomando en cuenta ciertos aspectos, como la composición gráfica, el medio de presentación, el mensaje que se debe transmitir, entre otras. A continuación, te presentamos las 7 características que todo diseño debe tener:
Antes de comenzar a diseñar debes determinar cual es el mensaje que vas a transmitir, es importante tener una idea o historia sobre la cuál diseñar; puedes ayudarte del branding de la marca.
Mantener un diseño simple puede volverlo exitoso. Los diseños cuando se encuentran saturados de diversos elementos no logran transmitir el mensaje de la manera correcta.
En el proceso de la creación de un diseño, la creatividad debe ser vital, además de ser llamativo y colorido debe poder presentarse un tema común de una manera fuera de lo ordinario.
El diseño que se realice debe tener la tendencia a la innovación; es decir, se debe presentar un tema de una manera diferente.
El diseño que se realice debe ser capaz de adaptarse a los cambios que tiene la sociedad cada día, eso incluye que deben adaptarse a los diferentes medios.
Las modas no suelen tener mucho tiempo de vida, por lo que en aquellos diseños que deban perdurar deben evitarse, y arriesgarse por crear algo que se conserve con el paso del tiempo.
En ciertas ocasiones se deben realizar diferentes diseños para reforzar un mismo tema, pero es importante que el concepto de la marca se expresarse en cada diseño que se realice.
Una vez que el diseño se expone en el medio correspondiente se debe comprobar que cumpla con sus objetivos; es decir, que logre conectar con el público al que va dirigido y que el mensaje sea comprendido adecuadamente.
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