Cualquier diseño, independientemente de la categoría a la que pertenezca, requiere de sencillez, con esto no nos referimos a la simpleza, sino a la capacidad sintética de sus formas, y a la posibilidad de demostrar su valor con pocos elementos visuales.
Un buen diseño, es aquel que puede comunicar desde cualquier ángulo su función o mensaje principal. Por ejemplo, un logotipo de éxito, con formas básicas y una selección de color reducida consigue identificar todas las características, cualidades y ventajas de una marca.
Las líneas de un diseño necesitan ser sintéticas, y expresar a través de pocas formas la esencia y funcionalidad que oferta.
Recuerda el dicho “menos es más”, aplica adecuadamente en cuanto a la selección cromática. Una paleta de máximo tres colores, puede ser más impactante que un uso indiscriminado y desordenado de tonalidades.
Es la elegancia o refinamiento que requieren las formas al ser elaboradas, las cuales no necesitan del rebuscamiento (les estorba) en un mundo tan cambiante.
El diseñador gráfico que abusa de las formas al realizar un trabajo, seguramente está retomando líneas y apariencias de otros proyectos. Las ideas visuales que son creadas desde cero parten desde un punto, líneas o color, lo sobre cargado viene cuando uno se basa en otros conceptos que producen como resultado una mezcla extraña.
Un concepto claro y simple tiene mayor utilidad que uno recargado o rebuscado. Si un diseño es funcional, ¿para qué agregarle elementos?
Bauhaus Media Production, líderes en producción audiovisual en Cancún.